Las Rocas de San Alejandro 2019 Garnacha
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Las Rocas 2019 San Alejandro Garnacha – Viñas Viejas
Las Rocas de Bodegas San Alejandro fue fundada en el año 1962, dentro del municipio de Miedes, a unos 90 km de Zaragoza y a 20 de Calatayud. Enmarcadas en el Valle de Perejiles, las 1.400 hectáreas de viña de las que dispone la bodega se encuentran a una altura que oscila entre los 700 y los 900 metros sobre el nivel del mar. De esta superficie se seleccionan los mejores racimos.
El rigor del clima y la baja pluviometría del valle le otorgan una excelente salubridad, minimizando el uso de fitosanitarios en la viña. Los rendimientos que se obtienen son pequeños y la maduración es lenta. A principios de octubre se pueden conseguir graduaciones alcohólicas correctas y acideces muy equilibradas. Las variedades garnacha, tempranillo y macabeo, antiguamente predominantes en la zona, se han ido complementando con otras como cabernet sauvignon, merlot y syrah.
El rigor del clima y la baja pluviometría del valle le otorgan una excelente salubridad, minimizando el uso de fitosanitarios en la viña. Los rendimientos que se obtienen son pequeños y la maduración es lenta. A principios de octubre se pueden conseguir graduaciones alcohólicas correctas y acideces muy equilibradas. Las variedades garnacha, tempranillo y macabeo, antiguamente predominantes en la zona, se han ido complementando con otras como cabernet sauvignon, merlot y syrah.
Entre todos los vinos elaborados – Evodia, Viña de Miedes y Baltasar Gracián – destaca Las Rocas de San Alejandro, cuvée creado por Eric Solomon, uno de los importadores de vinos españoles de mayor prestigio en los Estados Unidos. A partir de cepas de 75 años de edad y una cuidada vinificación, el 60% del vino permanece en depósitos de acero inoxidable y el 40% restante, en tinas neutras de roble viejo.
En la cata, aparece en la copa con un bonito color cereza de capa mediana. La nariz, de intenso aroma, refleja de forma clara la personalidad de la garnacha. Contiene una gran carga de fruta roja muy golosa (cereza, ciruela, mora y endrina) así como notas de hierbas frescas, con zarzaparrilla y regaliz rojo. La boca es fresca y muy afrutada, de tacto untuoso, envolvente y de final suave y ligeramente amargo. Un cuvée personalizado que triunfa en el mercado norteamericano.