Kiwi Gold, Zespri de Nueva Zelanda
En cuanto a propiedades organolépticas, el kiwi amarillo tiene una textura menos dura, y su piel más fina, lisa y menos áspera que la del kiwi verde. Evidentemente, el color también es una diferencia visual, y su sabor es marcadamente más dulce que el kiwi verde.
Aparte de su sabor característico, su atractivo color y su magnífico perfil nutricional, el kiwi amarillo posee una propiedad mágica de la que quizá nunca hayas oído hablar: ¡se endulza a medida que madura! Así es, tras un par de días en el frigorífico, los kiwis dorados se vuelven más blandos, dulces e incluso jugosos, perfectos para preparar un postre o un tentempié dulce.
Además, la textura suave del kiwi amarillo permite triturarlo o hacerlo puré fácilmente, así que disfrutarás utilizándolo en batidos o helados caseros. El sabor dulce del kiwi amarillo también puede aportar un toque original a las comidas saladas.
Y si quieres que tu kiwi dure más tiempo, siempre puedes elegir una fruta menos madura. Si lo que buscas es un dulzor suave, acelera el proceso de maduración metiendo los kiwis dorados en una bolsa de papel con otras frutas, como plátanos o manzanas.
Puedes saber si un kiwi está maduro porque al apretarlo suavemente, la piel debe ceder a una ligera presión, igual que un melocotón o un aguacate. Los kiwis a veces parecen un poco más duros, por lo que puedes conservarlos a temperatura ambiente unos días si prefieres que estén más blandos. Una vez maduros, los kiwis pueden conservarse en el frigorífico durante 1-2 semanas.
En cuanto a tamaño y peso, no muestra diferencias significativas (entre los 5 y los 8 cm de largo).
Está llena de fibra soluble, así que te ayudará con las digestiones y el tránsito intestinal. Gran antioxidante gracias a su vitamina C y E. Gran contenido en ácido fólico por lo que es una fruta muy recomendable para las mujeres embarazadas. Ayudan a regular nuestra presión arterial gracias al potasio.
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