- Añadiendo huevo, patata y harina podemos elaborar ñokis deliciosos en casa, que se pueden rehogar una vez cocidos con aromáticas y aceite de oliva.
- Con la pulpa asada y añadiendo únicamente un poco de caldo vegetal, sal y pimienta, podemos obtener una deliciosa sopa/crema que podemos combinar con un huevo poché, unos frutos secos picados, perejil o tomillo. La crema queda especialmente bien si incorporamos una parte de leche de coco.
- Se puede incorporar a masa de bizcochos saludables, sustituyendo así el azúcar por el dulzor de la calabaza. Canela, jengibre, cardamomo y pimienta combinan a la perfección con el sabor de la calabaza.
- También podemos usar una pequeña porción de la pulpa de la calabaza asada para endulzar nuestros porridge y gachas de avena o para hacer fantásticos pancakes sin azúcar.
CALABAZA:
Su sabor y textura combina bien con sabores como el de la almendra, la canela, la castaña, el jengibre, la manzana, el coco, aromáticas como romero o tomillo y setas. Es extremadamente fácil de asar, abriéndola a la mitad o en cuartos, retirando las semillas, practicando unos cortes en la pulpa y horneándola boca abajo hasta que la cáscara se oscurece.
La pulpa de la calabaza asada puede ser la base de infinitas preparaciones:
También podemos asar la calabaza en cubos o pequeños “gajos” ya pelada, una pizca de sal y pimienta y un hilo de aceite de oliva son aderezo suficiente. Posteriormente las podemos servir a modo de “patatas fritas” si las hacemos bien crujientes o incorporar a platos como potajes, ensaladas, woks, tortillas o currys. Sus posibilidades son innumerables.
Además de asada, proceso mediante el cual potenciamos su sabor y aroma, la calabaza también se puede consumir cocida. Una auténtica delicia de otoño que os animamos a probar.
Formato | 250 gr., 500 gr., kilo |
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